Cuando la música habla.

La música no es solo el arte de organizar sensible y lógicamente una combinación coherente de sonidos y silencios utilizando los principios fundamentales de la melodía, la armonía y el ritmo. Para muchos la música es una forma de expresión, distracción, compañía, estimulación o en ocasiones es un impulso que necesitas para continuar con lo que deseas.Así como la música está dividida en géneros el estado de ánimo de la gente también lo está, ya que a veces nos sentimos tristes, alegres, con ganas de bailar, saltar, algo con lo que nos sintamos a gusto. Así que, una forma de expresar ese estado de ánimo es con la música.

La música es considerada por muchos como el alimento del alma, puede transportarnos y estimular distintos tipos de estados de ánimo, mientras que para otros es un reflejo de la personalidad de cada persona. El género musical rompe con cualquier barrera cultural, económica, social y geográfica, la música es para todo tipo de gente no importa género, edad, posición social, etc. Ya que es un medio de expresión, un arte que es para disfrutarse.

Es típico que dependiendo de cómo te sientas emocionalmente escuches un tipo de música u otro. ¿Cuántos de ustedes han escuchado canciones depresivas, emocionalmente desgarradoras y que hablan de terminar una relación? y ¿cuántos escuchan música alegre que invita a bailar y dar saltos por todos lados al tener un muy buen día?, ¿sabían que la música también puede cambiar el estado de ánimo y hasta mejorar la salud? Pues si los diferentes tipos de pulsaciones que emite y frecuencias de sonido, influye directamente en el sistema circulatorio y en el sistema nervioso central, cambiando rápidamente de un estado de ánimo a otro.

Quién no se ha sentido una persona diferente escuchando su melodía preferida y quién no se ha aislado totalmente del mundo que le rodea mientras esta acompañado con una buena canción. Tan grande es la influencia de la música sobre las personas, que se ha utilizado tanto para potenciar la agresividad como la tranquilidad, del mismo modo que se emplea para dormir, relajar, estimular o concentrar. Todo depende del tipo de música y el momento adecuado para escucharla.

La música es reina. Nosotros somos súbditos. La música gobierna. No hay ideologías, no hay idiomas, no hay fronteras.